Novosti Donbassa (Noticias de Donbás) es uno de los pocos medios de comunicación que operan tanto en los territorios ucranianos de la región como en los controlados por Rusia. Bogdan Karkachev, redactor jefe de la publicación, nos contó cómo lo consiguen y cómo logran mantener la objetividad y la confianza de sus lectores.

Bogdan Karkachev, redactor jefe de Novosti Donbassa

Trabajamos en todo el Donbás. Tenemos nuestra propia gente, incluso podríamos decir que contamos con corresponsalías en Slaviansk, Kramatorsk y Mariupol, que son territorios controlados por el gobierno ucraniano. También trabajamos en Donetsk. Allí tenemos que actuar de forma, digamos, no pública y «no oficial». No hemos solicitado ni recibido ninguna acreditación del llamado Ministerio de Información del DNR porque estas estructuras no están reconocidas en Ucrania. Si nuestra redacción lo hubiera solicitado, podría haberse interpretado como una legitimación del territorio controlado y se habría percibido muy negativamente en Ucrania. Además, muchos integrantes del equipo no estarían de acuerdo con ello. Para nosotros, es obvio que existe una responsabilidad periodística de obtener información, pero cuando un conflicto tiene lugar en casa, todo es más complejo y es muy difícil permanecer neutral.

La imparcialidad en un conflicto militar es probablemente, ante todo, un factor humano. Tenemos un equipo bastante consolidado, gente que comparte similares puntos de vista y opiniones; tenemos posiciones cercanas respecto del humanismo y los derechos humanos. Claro que también suele haber algunas disputas e incluso desacuerdos, pero en las cuestiones clave coincidimos. Esto tal vez sea lo que nos permite seguir siendo periodistas, no corresponsales de guerra, y no tomar partido en el conflicto. Intentamos, en la medida de lo posible, verificar toda la información que nos llega, independientemente de las fuentes de las que proceda. En la redacción intentamos tratar todo con un cierto grado de desconfianza y verificar los datos en la medida de lo posible.

La parte más difícil del trabajo es el acceso a la información en el territorio controlado por Rusia. Mis colegas y yo, que hablamos públicamente y expresamos nuestras opiniones sobre el conflicto, no podemos ir a Donetsk porque podríamos ser detenidos en el primer control. Allí seguramente caeríamos en la cárcel y, en el mejor de los casos, deberíamos esperar un intercambio de prisioneros, que no sabemos si se logrará o no. Aquellas personas con las que cooperamos en el territorio controlado también corren un gran riesgo. Por supuesto, intentamos protegerlos: no revelamos información, sólo utilizamos canales de comunicación cerrados, pero sigue existiendo la posibilidad de que sean detenidos por los llamados servicios de seguridad. Cuando una persona se pasea por un lugar público y hace fotos, se comunica con los residentes, esto despierta sospechas en las fuerzas del orden. Hubo casos en los que se detuvo a los corresponsales, pero sólo hasta que se aclararon las circunstancias y luego fueron liberados inmediatamente. Hubo situaciones en las que una persona fue detenida e interrogada durante algún tiempo, pero al no encontrar ninguna información comprometedora, incluso en el teléfono, la dejaron ir. Y menos mal que todo acabó felizmente, porque es prácticamente imposible defenderse en una situación donde no rige la ley. En el territorio no controlado por Ucrania no hay ONGs ni grupos de derechos humanos, y no es fácil difundir información a través de las redes sociales, por ejemplo, debido al gran número de restricciones.

En esos territorios, la gente tiene miedo de hablar con los periodistas, especialmente si se trata de información sensible. A menudo sólo están dispuestos a hablar a condición de mantener el anonimato. Cuando los colegas realizan entrevistas en la calle, se nota mucho que la gente suele decir ante la cámara lo que quieren oír de ellos. Los que preguntan, no se presentan como si fueran de una publicación ucraniana, la gente piensa que son medios locales republicanos, por lo que dan el supuesto punto de vista correcto. La gente ajusta su posición pública a la corriente principal, que corresponde a la agenda vigente. En el lado ucraniano, las cosas son bastante más sencillas.

Novosti Donbassa no es el único medio de comunicación que cubre las dos partes del conflicto y trabaja en ambos territorios de la región. Pero el hecho es que después de 2014 el mercado publicitario de Donetsk se perdió por completo y ahora es muy difícil trabajar. Esto ha afectado a todos los medios de comunicación, algunos no han sobrevivido a ello. 

Nuestros lectores son más o menos 50/50 de ambos lados, más los que se fueron, es decir, los emigrantes de Donbás. Lo más popular entre la audiencia, por supuesto, son las noticias; especialmente las relacionadas con el territorio fuera del control ucraniano. Las historias sobre los puestos de control en la línea de contacto, los pagos por cruzar al lado ucraniano… son temas que suelen tener muchas visitas. En general, en la redacción nos gusta experimentar con diferentes formatos, por lo que hacemos vídeos y grabamos podcasts, para que cada lector reciba la mayor cantidad de información en la forma que más le guste. Tenemos muchas ganas de experimentar con Tic Toc, que es bastante popular, pero hasta ahora no tenemos una persona dispuesta a hacerlo y que asuma la responsabilidad. Esperemos conseguirlo y poder deleitar a nuestros lectores con este moderno formato. 

Para nosotros es muy importante hacer nuestro trabajo de forma honesta y correcta, mostrando diferentes puntos de vista y siendo imparciales. Si resulta necesario, Novosti Donbassa puede convertirse en un foro abierto de debate para todas las partes interesadas.

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